Las formas, el color, la textura, el peso, y las frecuentemente ambiciosas dimensiones de las obras de Lydia Azout, les confieren un dinamismo perfectamente discernible visualmente y que está estrechamente relacionado con fuerzas como la gravitatoria o la magnética, las cuales se reconocen como las responsables de todo lo que sucede en el universo. Y en consecuencia, su trabajo también se halla estrechamente relacionado con la potencia y significados de la geometría sagrada, por cuanto se apoya en la profunda conexión que prevalece en todo lo existente.
Algunas de estas obras que se pueden trasponer incitan a recorrerlas evocando el paso del tiempo, las etapas de la vida, hasta llegar hasta cierto punto, después del cual sigue otra dimensión. Pero sus circunferencias, esas curvas cerradas e infinitas que varían en dimensiones pero no en implicaciones, conducen a establecer paralelos con todo aquello que no tiene principio ni fin, por ejemplo, con el Big Bang.Eduardo Serrano